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La mitad de la mitad.

Hoy he leído un artículo sobre el tamaño DIN A4 de las hojas que todos hemos usado alguna vez. Al parecer sus medidas se rigen por una proporción ideal; el A0. El A0 mide un metro cuadrado y al doblar por la mitad tenemos 2 hojas de el mismo tamaño, pero lo que antes era el largo ahora es el ancho. Doblando por la mitad. Leyendo este artículo me he dado cuenta de que nuestra vida esta llena de mitades, medios y semis. Leche semi desnatada, la mitad de una cebolla en la nevera ¿el vaso esta medio lleno o medio vacío? ¿Porque nos conformamos con la mitad? ¿Porque no tener el completo? ¿Acaso cuando vamos de compras, nos llevamos solo la mitad del vestido? El ejemplo más claro está en las medias naranjas. Nosotros mismos nos creemos la mitad de lo que somos. A mi manera de ver, somos naranjas enteras y con suerte nos encontramos con otra naranja en un mismo frutero. Disfrutamos hasta que nos exprimen. Supongo que las mitades de un todo son importantes, pero solo cuando tienes todas las partes; por separado, son incomprensibles. Cuando estamos a mitad de algo, sentimos una fuerte sensación de terminarlo, porque ¿a quien le gustaría estar en mitad de un orgasmo y no acabarlo? Imaginemos que las campanadas de fin de año no fueran doce sino seis. Nos reiríamos la mitad y en la mitad de tiempo y además todos se comerían sus seis uvas. Hemos sido capaces de separar países, de implantar muros dividiendo ciudades pero aun no hemos logrado comprender el milagro de la separación de residuos para reciclar. O lo que es lo mismo, coger partes usadas para crear un todo nuevo.

Sección de joyería.

Sección de joyería.

¿Es malo que a las mujeres nos gusten tanto las joyas? ¿Sobretodo si son caras? En esto pensaba mientras me paseaba con una amiga por la nueva joyería, y posiblemente la mas chic, de Madrid: Tiffany & Co. He llegado a la conclusión de que no solo nos gustan las joyas, sino que nos gustan que nos las regalen. Está bien eso de comprarla por ti misma por si no te gusta o no te sirve, pero que te regale alguien una joya es algo que nos encanta. Pero aun no se porqué. La sociedad ha decidido que el oro, la plata, el platino y demás metales sean preciosos. Y eso es algo que ahora no podemos cambiar. Siempre se podrán incluir nuevas piezas, nuevas formas y nuevos materiales, pero una cosa es clara: el oro siempre sube. Y nada que entre en el terreno de la joyería luego se va. ¿Tenemos que sucumbir a aquello que siempre hemos aceptado por defecto pero que nunca nos han explicado? ¿Por ser mujer, me tiene que gustar un anillo? ¿Acaso viene en nuestros genes? Conozco muchos, muchísimos tipos de mujeres y todas ellas llevan joyas mas o menos caras; unos pendientes que le regaló mama, un anillo que se compro en Valencia o una pulsera que le regaló su novio para cuando hicieron 3 años y si no llevan nada de eso, por lo menos, llevan un reloj. Y luego tenemos el que se lleva la palma y que no todas las mujeres tienen o llegan a tener: el anillo de compromiso, que con suerte luego comparte sitio con el de casados. ¿Son las joyas una tendencia social? Supongo que si. Y aunque detesto aceptarlo, me encantan.

¿Estamos solos?

¿Estamos solos?

¿Estamos realmente solos? ¿O sencillamente nos sentimos así? Parece que la mayoría de las personas se pasa media vida buscando pareja para pasarse la otra media intentando mantenerla. Toda la culpa la tiene Disney con sus princesas perfectas casadas con sus principes perfectos y comiendo perdices en su castillo perfecto. Tanto los hombres como las mujeres deberíamos demandarlos por daños psicológicos a largo plazo. En mi caso, me considero una mujer joven, inteligente, moderna, cosmopolita y fabulosa y no necesito que ninguna productora de dibujos animados me diga subliminalmente que tipo de relación necesito. Y en cuanto a los hombres, los han pintado tan perfectos, tan elegantes, que no les dejan margen de error. Tienen que dar el beso ideal en el momento oportuno. ¿A quién pretenden engañar? Yo tengo una relación fantastica gracias a su imperfección o mas bien a intentar hacerla mejor día a día. Puede que en unos años mitiguemos esa sensación de soledad mediante un aparato de nueva tecnología que hoy no podemos ni imaginar, pero mientras tanto, creo que debemos plantearnos la cuestión de la soledad desde otra perspectiva. Sinceramente, pienso que sentirse solo de vez en cuando es bueno. De esa manera es posible que cuando estemos acompañados disfrutemos aun más de la compañía, sea cual sea. ¿Es verdad que estamos tan solos y perdidos? ¿O sencillamente es que nos hemos puesto unas expectativas tan altas que es imposible que nadie las cumpla? ¿Buscamos aún al compañero perfecto? Son preguntas a las que de momento no les encuentro respuesta, pero de mientras, intento disfrutar de mi soledad y mi compañía.

Bodas y demas.

El sábado pasado fuimos de boda. Una de esas bodas en las que conociendo a los novios, sabes que te lo pasarás bien seguro. Y así fue. La novia tiró el ramo a lo americano y entre yo y mi cuñada cogimos el ramo. No acabo de entender esta costumbre, pero me hizo bastante ilusión. Las bodas, como los entierros, son unas celebraciones antiguas, muy antiguas, que continuamos celebrando casi como el primer día. En las dos invitamos a los familiares y amigos mas cercanos. Y en las dos casi siempre aparece alguien inesperado. Por lo general, tanto en bodas como en entierros, hablan bien de nosotros. Que si era buena persona, que si mira que guapa va, que bien le queda en traje o que amable era. El problema es el tiempo verbal. No me gusta pensar en el aspecto religioso. Eso de: "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" o "Dios ahora lo tiene en su regazo" a mi como que no me va. Por eso mi boda será por el juzgado y mi entierro, bueno, cuando era una adolescente quería que pusieran la cancion de sweet dreams, pero ahora me da un poco lo mismo, puesto que como no me voy a enterar. Lo que tengo por seguro, es que ninguna de las dos cosas las quiero hacer sola. Casarme sola no tiene mucho sentido, lo sé, pero pensar que puedo morirme sola me entristece. Es como si al final de la meta de una carrera en el que llegas primero no tuvieras a nadie con quien celebrarlo, entonces, ¿de que te sirve ganar? A mi no me sirve de mucho, la verdad.

Al final todo se reduce a lo mismo: una serie de personas mas o menos conocidas que se reunen en torno a ti y te dicen todo eso que no te han dicho durante toda la vida.

Reinventando

Es curioso, no he logrado encontrar en la RAE la palabra reinventando ni reinventar. Supongo que no existen o bien que tal y como están conjugados es erróneo. La cosa que yo considero que estoy reinventando. Reinventandome a mi misma, mi manera de ver las cosas y las personas. Reinventando todos los pequeños detalles de mi pequeña existencia. El lunes nos informaron las noticias, que ayer miercoles se pondría en funcionamiento el acelerador de partículas mas grande del mundo, con unos 27km de diametro. Eso es increíblemente grande, no quiero imaginar la luz que pagan. Lo curioso de la noticia no termina aquí; resulta que cierta parte de la comunidad científicia, a los que no dan crédito, opina que ese trasto conseguirá formar un agujero negro que se trague a la tierra. Y yo con estos pelos. Comentandolo en mi casa con mi novio y un amigo, este último dijo: "Joder, hasta los que creen en la reencarnación no tienen nada que hacer, porque no quedará nada en lo que reencarnarse.."( by JaimeUno) Y es que reinventar un planeta como el nuestro no debe ser nada fácil. Pero han pasado ya bastantes horas desde que han encendido el acelerador y aquí seguimos. Cada uno con su agujero negro personal. Cada uno con su pequeño acelerador de partículas en la mente que crean "falsamente" un agujero negro que posiblemente haga vernos las cosas una manera equivocada. Más oscura, más tensa.

Quizá no seamos capaces de reinventar nuestro planeta y puede que ese acelerador no logre recrear el Big Bang, pero tengo claro que podemos reinventarnos a nosotros mismos y dejarnos de agujeros en la cabeza.